Falda étnica
Hoy os escribo desde debajo de mi manta, intentando paliar un resfriado que me trae de cabeza ya varios días, y procurando escribir algo coherente y legible, aunque con el nubarrón mental que me atenaza no sería extraño que de mis manos saliera alguna barbaridad o que mi lenguaje no sea demasiado exquisito. Ruego me perdonéis, pero tenía que actualizar. Tras esta pequeña disculpa prematura, vamos al lío...
Llevamos viéndolas desde el verano pasado en la calle, y no tienen pinta de querer irse. Son objeto de deseo entre las habituales de las cadenas Inditex y se agotan a los pocos días de salir a la venta, a pesar de sus elevados precios. Es la nueva prenda comodín. Hablo de la minifalda étnica.
Minifaldas preferiblemente ajustadas y de clarísima inspiración tribal, en cualquier combinación de colores, y si llevan lentejuelas bordadas, mucho mejor. Yo quiero una, cuanto más tribal y extraña, mejor. Los motivos étnicos, y los elementos tribales, es algo que me puede, y no escatimo en colgarme encima todo lo que tenga cierto tufillo a inspiración africana. Y es que desde aquel desfile africanísimo de Gucci de 2009, mi concepto de este estilo pasó del más oscuro rincón del averno a la nube más elevada de los cielos.
Pero volvamos a la falda fetiche. Prenda con muchos usos potenciales. Desde sacarte del apuro de la comunión de turno si la combinas con una sencilla camisa blanca y clásicos salones con americana comedida, hasta darle el toque chic a un look de diario con un jersey por encima y una media oscura.
Hay quien prefiere usarla como protagonista del look y dejar el resto relegado a un neutral segundo plano, o quien se lia la manta a la cabeza y emplea otros elementos de inspiración étnica e incluso rockera a fin de obtener unas pintas algo más transgresoras. Sea como sea, me encanta.
Pero la falda objeto de mis amores no es fácil de conseguir. La última que sacó Zara, con bordado de lentejuelas, voló en un visto y no visto, y aunque han sacado otras faldas de aires folk, no terminan éstas de convencerme. Otras marcas tienen sus propuestas, pero la lentejuela se cose a mano y se paga. Al final la cuestión se reduce a si deseo una pieza artesanal y tener cuidado con dónde la llevo, u optar por algo más modesto que no me duela hacer polvo en tres días. Y si puedo, me haré con una de cada: la primera para ocasiones especiales, y la segunda para destrozarla en mi día a día.
Alguna pensará que esta tendencia es sólo para cuerpos de infarto, pero no. Por lo general, una falda de lycra sí que se ajusta extremadamente, pero si escogemos tejidos que no se peguen tanto, con caída, sí que nos encontraremos más cómodas con este tipo de falda.
Otra cuestión es elegir el estampado que mejor nos va. Si elegimos una geometría donde las figuras se dispongan de manera vertical, disimularemos caderas anchas, aunque lo mejor para conseguir este efecto es ponerse una falda negra y lisa. Y un estampado en horizontal puede ensanchar la zona. La verdad es que esta prenda va a realzar la zona caderas-muslos por la naturaleza de sus características (colores llamativos, figuras llamativas), pero con alguna chaqueta, por ejemplo, una americana XL, podemos atenuar el efecto.
¿Tenéis en vuestro armario alguna falda de inspiración tribal? ¿Os gusta este tipo de prendas?
no tengo ninguna así, pero tampoco se si me favorecería..aunque sería cuestión de probarme una.besos
ResponderEliminarYo tambien me quiero hace con una de colores alegres.
ResponderEliminarZepequeña.
Yo estoy buscando una, pero no de lentejuelas.
ResponderEliminarBesazos
Thinking About Clothes
Yo estoy buscando una, pero no de lentejuelas.
ResponderEliminarBesazos
Thinking About Clothes
a mi tambien me encantan estas faldas! yo quería la de pull&bear..pero volo! ayer vi una en el zara toda de abalorios, aunque no quedaba mi talla :(
ResponderEliminarbesos