Con el tartán no se juega
Este otoño está de moda el tartán, o cuadros escoceses de toda la vida. Algo recurrente que vuelve cada otoño, en mayores o menores dosis, pero que suele volver, vaya. Un clásico otoñal.
El tartán es un tejido típico escocés que se elaboraba en diferentes colores, según el clan. Quiero decir, según a qué clan se perteneciera, así serían los colores del tejido. No deja de ser al fin y al cabo un elemento étnico (que nos pensamos que lo étnico es sólo de inspiración africana) y que ha de ser usado en dosis razonables. Y muy importante: es por definición una cosa informal, no es algo que llevaríamos a la boda de una prima, a una entrevista de trabajo o a cualquier acto que requiera de cierta solemnidad (jamás).
Es un estampado que muchos tachan de horterilla, el más típico es el de cuadros rojos y negros, y lo más popular son las socorridas camisas de cuadros. También las faldas, que se han usado mucho para fines tan dispares como uniformes académicos o disfraces eróticos. Ojo.
Actualmente, el tartán es ya más un icono punk que cualquier otra cosa. Si nos paramos a pensar, es difícil tener un aspecto sobrio y elegante con un estampado de cuadros escoceses, a no ser que los tonos sean muy oscuros y discretos, y el tejido de muy alta calidad. Denota rebeldía.
Y es que ciertamente, como mejor se puede combinar un estampado así, es dentro de un contexto que tire al punk. A unos cuadros escoceses les sobra todo, menos una cazadora de piel negra o un vaquero medio desgastado.
La sencillez es clave para llevar algo así sin caer en el disfraz. El pelo natural y más bien informal, el maquillaje suave, aunque nos podemos permitir la licencia de llevar los labios rojos, y nada de prendas ajustadas o enseñar mucho, porque fácilmente podremos parecer un disfraz erótico de los que os mencionaba anteriormente.
También es muy efectiva la combinación con prendas de niña buena, como unas bailarinas sencillas o un vestido cortito y algo amplio.
Sin duda lo más fácil es dejarse llevar y meter tachuelas, zapatos masculinos y cuero negro hasta hartarnos, y en realidad es lo que más pide un estampado de cuadros escoceses. Para ir elegantes ya existen otro tipo de prendas, y el tartán es un estampado de batalla, informal.
Con estas premisas no hemos de tener miedo a ir hechas un desastre bajo el punto de vista estético. Aunque como siempre, es mi opinión. Yo aconsejaría:
- Lo más típico es el estampado clásico de cuadros rojos, aunque el verde oscuro y el azul marino son mucho más fáciles de combinar y más sobrios.
- Dejemos a un lado los zapatos de taconazo, mejor un zapato masculino, y mejor en negro. Si lleva tachuelas, mejor.
- Con unos vaqueros rotos, es siempre un acierto. Con una camiseta negra, también.
- Un vestido de cuadros escoceses no requiere de más parafernalia. Un botín negro, el pelo informal y punto. No se puede recargar cuando se habla de tartan. Y por supuesto, nada de maquillajes sofisticados ni peinados de princesa, el contraste en esta ocasión no queda del todo bien.
- Collares exagerados o con un punto macarra quedarán muy bien.
- Si llevas una falda de cuadros escoceses, elige medias negras y muy opacas, calzado relajado, parte de arriba más bien tapadita y en general, relájate. No queramos parecer una estudiante sexy. Eso, mejor en carnavales.
Por mi parte, he terminado de destripar este estampado tan popular.
¿Qué os parece a vosotras? ¿Os gusta el tartan u os parece un espanto? ¿Tenéis algo así en el armario?
Me ha encantado los consejos que das en esta entrada y la moda tartan me gusta mucho pero eso como todo, en su justa medida!
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