Aquellos maravillosos 90

Ya sabemos que en cuestión de modas, todo vuelve, y que el guiño a los noventa está cada temporada más presente en los catálogos de moda. No me gusta mucho esta época, crecí durante los años 90 y recuerdo con horror modas y estilismos de la década, y por qué no decirlo, tendencias que aún hoy siguen presentes en la calle (por desgracia). 

Buscando fotos de las modas más populares de los 90, di con un blog que no tiene desperdicio: Pale Face Premiere. Son fotos de celebrities de los 90 en la alfombra roja. Infinitamente curioso. El denominador común es lo pálidas que están todas, no sé si por los maquillajes y polvos de entonces (horrorosos) o qué. Aunque eso no es nada comparado con algunas pintas.

En aquellos tiempos, las estrellas de Hollywood parecían no tener estilistas, o si los tenían, o bien eran pésimos, o bien no les hacían ni puñetero caso. Valga como ejemplo esta Sigourney Weaver sin sujetador y esta Demi Moore con unas gafillas nada favorecedoras y un atuendo que más bien parece de bibliotecaria solterona.

 

Seguro que os acordáis de Melissa Joan Hart, la protagonista de la serie Sabrina, donde protagonizaba a una joven bruja que vivía con sus tías, también brujas. Aunque la chica no lo hacía mal, sí que me ha dado siempre la impresión de estrella "de andar por casa". Ojito a la camiseta negra de tirantillos, cero favorecedora, y aderezada con ese extraño flequillo. La chaquetilla enseñando ombligo tampoco tiene desperdicio.
 
Y es que las modas son algo que hay que contemplar principalmente desde el sentido común. Claire Danes era una chica muy mona, pero la veo con esos moñitos totalmente noventeros (y espantosos) y esos tejidos tan brillantes, y sólo puedo pensar que se vistió a oscuras. La moda de los tejidos tiesos y brillantes es algo que aún se ve en alguna invitada de boda poco actualizada. Neve Campbell parece ir disfrazada con ese conjunto de top y falda ultra brillantes.

No hay conjunto de tafetán que se precie sin un buen chal de tul o similar como complemento, cuanto más tieso y brillante, mejor. La moda del pañuelo brillante y tieso perduró muchos años, y no lo entiendo, porque es algo que ni abrigaba, ni era bonito, ni cómodo, ni nada. Si tenéis alguno por casa, os animo a deshaceros de el cuanto antes mejor. Oprah Winfrey y Alicia Silverstone tenían los suyos y así de orgullosas los lucían.
 
 Aunque los 90 son recordados como una época de minimalismo en cuestiones de moda, yo creo que fueron peores que los 80. Porque los ochenta eran deliberadamente llamativos, estridentes y algo horterillas, pero los noventa eran pretendidamente elegantes, y entre los brillos de los tejidos y los patrones poco acertados, teníamos resultados como estos... Vestido de terciopelo demasiado largo que parece un disfraz, y traje pantalón con demasiadas anchuras, y cómo no, brillos.
 
 La verdad es que antes no nos complicábamos tanto la vida ni para maquillarnos ni para peinarnos. De entre todas mis amigas, a lo mejor sólo una de cada diez tenía una plancha de pelo en casa, y el maquillaje era una sombra de ojos de Rimmel y un poco de vaselina Gal. Las famosas pasaban mucho de intentar ser la más hermosa del lugar, y eso unido a la moda de la androginia, daba lugar a Uma Thurman en una alfombra roja vestida como para sacar al perro, moñicle cutre incluído, y Claire Danes con una chaqueta de cuero de su padre.
 
 En los tiempos de hoy en día, los estiramientos de alfombra roja no dejan lugar a gestos como estos de Reese Whiterspoon (con barriga al aire, otra moda para olvidar) y Jessica Biel (con pantalón capri, lo menos favorecedor del planeta).
 
 Los actuales vestidos ultrafemeninos y de princesita en algunos casos eran impensables en los noventa, y los  grandes modistos se empeñaban en vestirnos con gigantescas americanas horribles y pantalones anchones que, lejos de realzar la figura, nos hacían lucir como sacos sin forma. La pobre Christina Ricci que entonces era una criatura, se plantó esta americana que la hacía parecer una especie de mujer seriota en pequeño. Por no mencionar el incomprensible traje amorfo de Julianne Moore.
 
 Por entonces, lucir tripa era algo muy sexy, y eso fue lo que pensó Geena Davis cuando se miró al espejo con su traje plateado. Drew Barrimore directamente se plantó un camisón y salió a la calle tal cual.
 
Creo que la más favorecida, tanto de pintas, como de cuerpo, como de cara, es Nicole Kidman, que siempre ha tenido buen gusto y un cuerpazo. Aún así, vaya falda más rara se puso ese día.
Todas las fotos son de Pale Face Premiere. Si tenéis un ratito, os animo a echar un vistazo, porque os vais a reir mucho con las fotos.


¿Tenéis un grato recuerdo de los noventa? ¿O pensáis que de todas las modas, es la época más desafortunada? ¿Conserváis ropa de entonces?

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